Medicación y síntomas

¿Existe medicación o algún complemento alimenticio para tratar estos síntomas?

Sí, existe. Pero:

Lo primero el diagnostico médico de la patología que origina los síntomas. Hoy tenemos numerosos test de aliento y pruebas de diagnóstico bastante fiables y eficaces que nos dan pistas claras de si es el mejor momento para seguir una alimentación baja en FODMAP`s. Con estas pruebas también se va a poder dar una recomendación exacta de la medicación, normalmente un tipo de antibiótico concreto poco invasivo y su vez de complementos alimenticios como probióticos, simbióticos y prebióticos desaconsejados o aconsejados en cada caso concreto. Toda la parte de la medicación y su receta la debe llevar a cabo el personal facultativo.

Lo segundo. Una vez diagnosticada la patología y ver que es viable un tratamiento nutricional bajo en FODMAP (Low FODMAP), comenzar con él. Se puede hacer una vez iniciada la medicación, en el caso que sea necesaria, o antes de iniciarla. La recomendación de probióticos específicos, también puede hacerse antes, durante o después de tomar medicación, incluso antes, durante o después de haber realizado la primera fase del tratamiento nutricional.

Lo tercero. Una vez avanzado el seguimiento con la alimentación por tu dietista-nutricionista se irá determinando si es el momento de incluir algún complemento alimenticio que mejore aún más los síntomas o puedan ayudar a reparar parte de la mucosa intestinal. La recomendación también puede venir si los gustos alimenticios de la persona no coinciden con alimentos que son buenos para reducir los propios síntomas, como es el caso de los pescados azules por su aporte en omega3. Si la persona no come pescado azul, ni algas, ni semillas ni aceites como el de lino, será indispensable una suplementación en omega3 como ingrediente antinflamatorio. En KiBiNi estamos especialmente formados en este aspecto e incluimos dentro de la reeducación alimentaria, la educación en suplementación responsable, para poder recomendar a las personas los mejores complementos alimenticios exclusivamente en el caso que los necesite. Damos importancia al concepto de biodisponibilidad de la sustancia activa, por eso no solo miramos el ingrediente del complemento alimenticio, también su método de fabricación, envasado, vehículo de suministración, cantidades y posología. Por ver rápido algunos ejemplos, complementos alimenticios a base ciertas dosis de la forma reducida de la CoQ10 (Ubiquinol) ayuda a reducir los síntomas de inflación con dolor. Si este dolor llega a producir migrañas, por la estimulación directa del nervio vago, se ha visto que los síntomas mejoran con complementos a base de PEA+ (palmitoiletanolamida). Otor ejemplo de complemento alimenticio que viene bien, es la glutamina en su forma clínica, 5g al día, durante un mínimo de 6 meneses ayuda a reparar la mucosa intestinal, por lo tanto, la permeabilidad intestinal.

Cada vez que como me hincho, me inflamo, tengo muchos gases y malas digestiones, hay veces que tengo diarreas o fases de estreñimiento insoportables… ¿Qué me provoca esto?

Cuando se diagnostica una patología concreta es mucho más sencillo llegar al origen. Lamentablemente, los causantes de estos síntomas son tan variados y de diversa naturaleza que muchas veces el diagnóstico médico es el amplísimo Síndrome de intestino irritable (SII). Incluso cuando se diagnostica por un test de aliento un SIBO, que es mucho más concreto y con tratamientos consensuados y efectivos como el uso de rifaximina, es muy difícil saber el origen que ha causado este sobrecrecimiento a nivel del intestino delgado.

En KiBiNi por experiencia, obtenemos mejores resultados y casos exitosos cuando abordamos los tratamientos bajos en FODMAP pensando en una causa/origen de permeabilidad intestinal y alteración en el microbiota. Independientemente de que la patología pueda haber causado la permeabilidad o la permeabilidad el desarrollo de la patología.

Por sentido común y atendiendo a las revisiones científicas que indican las causas de destrucción de flora intestinal (sometimiento a estrés, ingesta de edulcorantes, estilo de vida, malnutrición, consumo de medicamentos…) sabemos que al año hacemos cientos de cosas que nos destruyen la flora intestinal, y muy poquitas para repararla. Así van sumando los años hasta que nuestro intestino no puede más, la mucosa se ve alterada y pueden existir pequeños “micro poros” entre las células del epitelio intestinal por los que se cuelan diversas sustancias químicas de los alimentos y producen una respuesta inflamatoria en el organismo. Estos “micro poros” hay que imaginarlos como algo completamente inapreciable casi al microscopio, no como grandes poros, que provocarían una inmediata sepsis.  A su vez, esta destrucción de la mucosa intestinal, hace que las bacterias migren o crezcan en puntos del organismo donde no deberían, como en el intestino delgado.

Aunque cada intolerancia alimenticia tiene una causa concreta y en la mayoría de casos descrita, si nos centramos en abordar los tratamientos nutricionales pensando en la posible permeabilidad intestinal y en el buen estado de la microbiota nos hace trabajar con una lógica y de manera protocolizada, teniendo tres objetivos claros:

1.       Dar o no dar de “comer” a las bacterias de nuestro organismo, en función de cada caso.

2.       Reparar la mucosa intestinal a largo plazo.

3.       Mejorar los procesos enzimáticos.

Con el primer objetivo, el tratamiento bajo en FODMAP es lo más efectivo. Ya que controlamos las fibras y sustancias que más les gustan a nuestras bacterias para crecer, y las sustancias más inflamatorias o susceptibles a “colarse” por los “micro poros” del epitelio intestinal.

El segundo objetivo es clave para que los síntomas mejoren a largo plazo. Una mucosa intestinal reparada y equilibrio en el microbiota hará que los síntomas no se repitan. Este es un proceso más largo que incluimos desde la reeducación alimenticia, ya que también no hay que repetir las acciones que la destruyen.

El tercer objetivo, consiste en evaluar la respuesta de la persona a los distintos grupos de alimentos incluso si tiene resultados negativos en pruebas especificas de test de intolerancias alimenticias regladas. Intuir el límite enzimático atendiendo a los antecedentes patológicos, teniendo pruebas de diagnóstico claras, nos ayuda a poder determinar de manera más efectiva las cantidades tolerables de un alimento concreto de manera personal y si va a necesitar un complemento alimenticio a base de complejos enzimáticos cuando coma fuera de casa y no pueda controlar las cantidades.

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